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FrioValdi ha llevado a cabo una instalación de placas solares en Valdilecha, integrando soluciones sostenibles dentro de sus operaciones logísticas. Fundada en 2003, esta compañía especializada en almacenamiento y transporte de productos alimenticios ha dado un paso firme hacia la eficiencia energética sin perder de vista su esencia: servicio y calidad.
Con la incorporación de sistemas fotovoltaicos en sus instalaciones, la empresa refuerza una estrategia que mira hacia el futuro sin olvidar sus orígenes. Esta decisión responde tanto a la demanda de un entorno más sostenible como a la necesidad de optimizar recursos en su actividad diaria. La energía solar se convierte así en una herramienta clave para mantener su crecimiento y capacidad de adaptación.
La ejecución del proyecto ha implicado una cuidadosa planificación. Desde el estudio del consumo hasta la instalación técnica, cada fase ha sido concebida para integrarse de forma armónica con la infraestructura logística. Gracias a esta incorporación, la red energética interna se ha optimizado, permitiendo que la producción eléctrica solar cubra buena parte del funcionamiento operativo.
El sistema se diseñó para funcionar sin interrupciones, respetando el flujo continuo de carga, descarga y almacenaje. Esto permite que el rendimiento energético conviva con la productividad, sin generar tiempos muertos ni alterar el orden de trabajo establecido.
Uno de los mayores logros ha sido la disminución del gasto energético. La energía captada durante el día abastece múltiples zonas de la nave, lo que se traduce en una menor dependencia de la red eléctrica convencional. Esta transición ha supuesto un paso adelante en términos de autonomía y control financiero.
El uso constante de recursos internos no solo reduce la factura mensual, sino que también actúa como escudo frente a la volatilidad de precios en el mercado energético. La estrategia se alinea así con un enfoque empresarial de largo plazo.
Esta integración energética no es solo una medida funcional, sino también una declaración de intenciones. Apostar por energías limpias demuestra una actitud activa ante la emergencia climática y consolida el posicionamiento de la empresa en un mercado cada vez más exigente con el impacto ambiental.
Implementar acciones concretas de sostenibilidad mejora la percepción de la marca. Los interlocutores valoran no solo la calidad del servicio, sino también el compromiso con prácticas responsables y transparentes.
La transición energética no se detiene aquí. Se prevén nuevas fases de expansión que continúen aprovechando el potencial solar, así como la evaluación de otras formas de energía verde aplicables al entorno logístico. Este movimiento garantiza que la evolución no sea improvisada, sino el resultado de una planificación estratégica.
Con cada mejora tecnológica, el sistema logístico se vuelve más inteligente. Automatización, eficiencia energética y sostenibilidad forman parte de un modelo que ya no responde solo a las necesidades del presente, sino también a las del futuro inmediato.
La instalación de placas solares no es solo una medida técnica, sino una declaración de evolución responsable. Contáctanos para optimizar recursos, reducir costes y alinear tu marca con un futuro sostenible.
Una instalación fotovoltaica bien integrada no interfiere con las operaciones habituales y permite generar electricidad constante para el funcionamiento de la empresa, incluso en momentos de alta demanda.
Debe analizarse el consumo promedio, las condiciones estructurales del techo, la orientación solar y la posibilidad de escalabilidad en el futuro. Todo esto permite dimensionar el sistema de forma precisa.
Según la magnitud del consumo eléctrico y la producción estimada, los plazos suelen situarse entre cinco y siete años, dependiendo del modelo de financiación y mantenimiento aplicado.
Existen ayudas públicas, deducciones fiscales y programas europeos de financiación que permiten cubrir parte del coste de la instalación. Estos estímulos varían según la normativa vigente.
Una limpieza periódica y revisiones anuales garantizan la durabilidad del sistema. Además, el seguimiento digital del rendimiento permite anticipar cualquier incidencia técnica antes de que afecte a la operativa.